Durante años, el juego ha sido considerado algo específico de la infancia, exclusivo de los más pequeños de la casa. Sin embargo, la sociedad está cambiando y cada vez es más habitual ver juegos dirigidos a todo rango de edades, necesidades e inclinaciones, acercándonos a la transformación en el “homo ludens” del que habla Johan Huizinga.
Cuando jugábamos a papás y a mamás, a ir de compras, a policías y ladrones/as; en realidad estábamos preparándonos para la vida adulta en un entorno seguro. Este entorno nos facilitaba herramientas que nos permitían explorar y familiarizarnos con diferentes situaciones sin preocuparnos por las consecuencias. Hay una gran sabiduría en el acto de jugar, ya que como anuncia en sus estudios la doctora Karyn Purvis (renombrada profesional en el desarrollo infantil de alcance internacional) :


Fluyendo a través del tiempo
Y es que jugar es divertido y terapéutico. Eso, en Jokabide, lo sabemos bien. Cuando disfrutamos entramos en un estado de trance en el que el tiempo parece que se para, que deja de existir e importar. Este fenómeno es llamado “fluidez”, un estado de máxima concentración en el que sentimos que el tiempo se para. Cuando nos centramos en un juego, fluimos y aprendemos de manera inconsciente. Y en una sociedad que nos exige crecer, aprender y expandir nuestros horizontes de manera constante, cualquier tipo de aprendizaje que facilite esto es bienvenido.
Jokabide nace de esa idea: valernos de esa inestimable herramienta que es el juego y trasladarlo a los ámbitos de desarrollo, crecimiento y bienestar para crear personas más adaptadas, seguras, creativas, felices y exitosas.